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lunes, 8 de abril de 2019

#0006. Película Unicorn Store (2017): Cuando la fantasía choca con la realidad

¿Qué me deja?

Película Unicorn Store (2017): Cuando la fantasía choca con la realidad

Léeme en 3 minutos

1. El rol que juega la fantasía en los niños.

Hay algunas escuelas que promueven no meterles cuentos ni juguetes que tengan que ver con fantasía a los niños hasta que cumplan cierta edad. En su momento estuve totalmente en desacuerdo, ahora no lo sé, aun me encuentro teniendo episodios tipo Walter Mitti, en los que sucesos o seres fantásticos suceden para salvar el día (o que yo salvo el día) y me pregunto qué tanto se debe a G.I. Joe, Transformers, Abeja Maya, Remi, Conan (el bárbaro y el niño), Robotech y otras series de fantasía que bombardearon mi cerebro con estímulos durante mi temprana niñez.

¿Hasta qué punto ayudan al desarrollo del cerebro?, ¿Cuánto aportan a mi felicidad? y, lo más importante, ¿En qué momento debí haberme detenido?, ¿Con Jason o Freddy Krueger?, ¿Con los caballeros del zodiaco o dragon ball?, ¿Con Death Note o Rick y Morty?

Claramente la chica de la película (y seguramente la actriz, que también es la directora) se hace la misma pregunta.

2. El impacto de no hablar con la verdad sobre lo que los niños crean.

Siempre me he preguntado hasta dónde debo mentirle a mis niños cuando me enseñan un dibujo mío en el que no tengo cuello y tengo la patas (que salen de la cabeza) largas y al final algo que parece ser unos zapatos. Me da una gran ternura, sé que debo tener paciencia y de alguna forma motivarlos a continuar.

Cuando era un niño participé en un concurso de dibujo, me sentí francamente decepcionado cuando perdí rotundamente al grado que no he vuelto a pintar con la intensidad que pintaba en aquella época. Ahora recuerdo mi dibujo y en verdad no era algo digno de verse, pero nadie estuvo ahí para decirme adecuadamente que mejor me dedicara a otra cosa.

Algo parecido le sucede a nuestra protagonista desde el principio de la película, y le sigue sucediendo a lo largo de toda la historia: la primera vez que le dijeron que la pintura no era lo suyo siguió pensando que era un problema de la persona que se lo dijo, y no suyo, de tal forma que lo volvió a intentar en su nuevo trabajo con los mismo resultados; aunque he de confesar que pensé por un momento que iba a suceder el clásico: ¡Nunca había visto nada parecido!, etc. de lo único rescatable fue que volvió a fallar, ahora sí rotundamente.

3. La miel atrae más abejas que la hiel.

La protagonista de la historia tenía dos problemas muy grandes: 1) Mucha fantasía en su pasado y 2) Nadie le dijo que lo que hacía no estaba bien.

Para despertar de ese letargo, de pensar que era culpa de los demás, de no cambiar ni mejorar pensando que todo se debe a que no la entienden, tuvo que suceder otra fantasía más: La tienda de unicornios.

Al final no sabemos si nuestro querido “bad motherfucker” era una alma caritativa que se dedicaba a sacar a jóvenes de ese estado de fantasía, o recibió el pago de alguna parte, o era una invención colectiva (que al final nos muestran cómo el novio, con un desplante de mala actuación, se vanagloria al ver al unicornio, mostrando que no es un invento de la chica) pero funcionó, ahora si el resto de su vida estaba por comenzar.

Cerrando… varias veces estuve a punto de dejar de verla, le esperanza se desvanecía mientras pasaban uno a uno los minutos de los 92 minutos totales; al final creo que intenta muy a su modo mostrar que la vida sin fantasía no es vida, aunque para nada eso fue lo que me dejo.

Y bien, esto fue lo que me dejó...

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