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viernes, 19 de abril de 2019

#0013. Reflexiones tecnológicas y humanas en la película Anon (2018)

¿Qué me deja?

Reflexiones tecnológicas y humanas en la película Anon (2018)

Léeme en 4 minutos


1. El precio que pagamos por los avances tecnológicos.

Ya nadie usa celulares, todo está dentro de tu “ojo”: investigar, teléfono, videojuegos, incluso recordar y compartir momentos. Todas estas se podrían considerar como ventajas.

Las desventajas saltan a la vista: nadie sonríe, todo esta en tonos grises, lo único a color eran los recuerdos del hijo, y las conversaciones son cortas y al grano, todo lo que hay que saber de la otra persona está disponible y al alcance de todos.

Todo esto es parte del complejo Frankenstein que nos encanta considerar a todos los humanos, yo por mi parte me pregunto: ¿Por qué necesariamente todo avance tecnológico debe traer consigo un mal mayor que nos destruirá como personas? Estoy seguro de que, a medida que vayamos evolucionando a tener el famoso ojo, también evolucionaremos las reglas y leyes que gobiernen a esa nueva tecnología.

Los avances tecnológicos seguirán ocurriendo, tal vez este “ojo” del que habla la película sea algo que suceda en muy poco tiempo; debemos estar atentos para exigir que lo que nos hace humanos no se pierda.

2. La manía que tenemos de tratar de descubrir el final.

Que dolor de cabeza debe ser para las personas que hacen películas de estar atentos a no revelar nada durante el desarrollo de la historia, que dé una pista del final. Me imagino que deben tener a gente que no sabe el final y le están preguntando constantemente después de cada periodo de tiempo de filmación: Al momento, ¿Qué crees que vaya a pasar al final?, ¿Por qué?, y con base en estas respuestas tienen que eliminar escenas que dan demasiadas pistas, o actuaciones que revelan quién es el malo, etc. ¿Cuántas buenas historias se debieron modificar durante la filmación para evitar que los que estamos viendo la película sepamos desde antes cómo va a terminar?

Probablemente en un libro esto es más sencillo, el escritor puede, con una línea de texto, dejar fuera de toda sospecha a algo o a alguien, ya que no tiene tantos factores que cuidar (actores, música y diálogos, por ejemplo), un recurso muy utilizado en historias de detectives como Sherlock Holmes o Hércules Poirot. Incluso puede poner como narrador al malo, sin revelar quién es.

Recuerdo la película de The usual suspects (1995). Un amigo me platicó de ella después de que la vio en el cine y me dijo: no trates de adivinar quién es Káiser Soze, no hay forma de que lo sepas, solo te vas a frustrar. Aun recuerdo llegar con esa idea a la sala de cine, pero igual recuerdo que no pude retraer ese impulso de hacer conjeturas sobre el final.

Al parecer este impulso involuntario que tenemos todos de hacer suposiciones sobre el final de una historia mientras la estamos viendo, leyendo o viviendo, en lugar de dejarse llevar y disfrutar, no tiene nombre, tal vez sea algo tan común y corriente que todos creemos que es normal.

3. La vida y la muerte que hay en un segundo.

Es increíble lo que pueda cambiar tu vida en un segundo. Todos estamos conscientes de esto, por eso cuidamos todos los segundos de nuestras vidas, pero si descuidamos tan solo uno de ellos, pueden ocurrir cosas muy malas, y el recuerdo nos puede atormentar para el resto de nuestras vidas.

No logró recordar el nombre de la serie, pero estoy casi seguro que es 21 Jump Street (1981), cuando uno de los protagonistas, si no es que era el entonces joven actor Johnny Deep, está en una tienda de conveniencia y está haciendo la fila, en eso entra un ladrón y mata a su acompañante mujer, esto sucede en 50 segundos en los que él se queda petrificado; durante todo el episodio el personaje, en evidente trauma, comienza a identificar todas las cosas que puede hacer en 50 segundos, todo eso se puede hacer, y no pudo sacar la pistola y defender a su compañera.

Cuando nos pasan cosas malas en un segundo dado, no podemos dar todo lo que nos queda de vida para regresar el tiempo y cambiarlo.

4. Las habilidades que perdemos.

En una de las escenas, uno de los detectives dice: pero no tenemos la grabación de lo que sucedió, ¿Cómo podemos saber quién lo hizo? Y ese es, precisamente, el mundo en el que viven los detectives hoy en día al investigar un caso.

¿Qué habilidades nos ha hecho perder la tecnología?, seguramente la memoria, antes me sabía los teléfonos, nombres y fechas de cumpleaños de todos mis amigos y familiares. También escritura a mano y sobre todo la ortografía.

Para dar un paso todavía más atrás, podemos leer el libro Les miserables (1862) de Víctor Hugo. En está obra es increíble como Javert, uno de los personajes con los que más me encariñé, hace su trabajo de detective sin nada de los adelantos tecnológicos que hay ahora. Lo que no haría un detective como Javert con todo lo que tenemos ahora.

Y ese es precisamente el problema, aun con los adelantos tecnológicos, no nos estamos haciendo mejores, ni más productivos, ni más felices.

Cerrando… me parece muy bueno el argumento final, y es un grito de ayuda para mantener viva la importancia del anonimato y dejar de estigmatizar pensando que si no queremos que la demás gente se entere es porque es malo.

Y bien, esto fue lo que me dejó...

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