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jueves, 11 de julio de 2019

#0037. El valor del agua: Reflexiones desde 'Explained' sobre consumo, precio y sostenibilidad (2018)

¿Qué me deja?

El valor del agua: Reflexiones desde 'Explained' sobre consumo, precio y sostenibilidad (2018)

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1. Apreciar el agua

Hay una propuesta que se revisa durante este capítulo que a primera vista hace todo el sentido del mundo: subir el precio del agua.

¿Para qué? A la humanidad (por no utilizar el término: “hombre”) le gusta priorizar, hacer las cosas que más hagan sentido, ¿Quién no se siente contento después de hacer un trabajo bien hecho? Bien hecho se refiere a que maximice las ganancias, utilizando la medición que sea, incluso una negativa o una moralmente dudosa.

El dinero vino a hacer este trabajo más fácil para nosotros, puso en perspectiva el valor de las cosas, nos da la capacidad de comparar entre diferentes cosas y, lo más importante, nos ayuda a priorizar con mayor asertividad, utilizando matemáticas en lugar de sentimientos.

El valor que tiene un producto o servicio (le llamaré producto de aquí en adelante) para un consumidor se le conoce como precio, de esta forma, cuando alguien paga el precio por un producto es porque está aceptando que el valor que le da es mayor al precio que está pagando, en otras palabras, lo aprecia.

A medida que la guerra de los precios es ganada por un producto, éste gana prioridad ante los demás, la industria a la que pertenece incrementa, las mejores mentes se enfocan en solucionar problemas relacionados con este producto y una prioridad fantasma nace, no lo podemos evitar, queremos que nuestras acciones tengan el mayor impacto.

En el caso del agua sucedería exactamente eso, el valor que le damos por ser un recurso esencial para los humanos toma un valor intrínseco, ya no hay necesidad de convencer a nadie de su importancia, es importante por sí misma ya que habla el idioma universal, el dinero.

Esta medida tiene sus ventajas, y por supuestos sus desventajas… aunque es un poco difícil hacer negocio con un producto para su posterior venta, cuando literalmente cae del cielo; por otro lado las vidas de las personas dependen de ello. ¿Hasta dónde nos llevaría esta medida?, ¿Tendríamos gente que compraría acuíferos?, esto ya lo estamos haciendo, ¿Será que buscaríamos la forma de maximizar el agua que cae de la lluvia?, ¿Qué efecto tendría en los mares y lagos?

2. Un consumo más inteligente

Estamos muy preocupados por mejorar el uso del agua desde nuestra trinchera: cerrando el agua, utilizando lavadora de platos, bañarnos en poco tiempo, etc. y eso está muy bien. Según este documental, lo que está en nuestras manos, lo que consumimos los humanos, solo es el 8%... el otro 92% esta en la agricultura y en la industria.

Eso significa que no está tanto en nosotros el reducir el consumo del agua, es un pequeño alivio pero una gran frustración; y volvemos al tema del precio, tal vez no sea necesario subir el precio del agua, sino solamente cobrarlo, al parecer el agua que se utiliza en este 92% de los casos no tiene el mismo precio que el agua de consumo doméstico, y no creo que tenga nada que ver con que sea de mejor calidad, yo hace años que no bebo agua directamente de la llave.

Cobrarle el agua a precio normal a la agricultura tendría un impacto directamente en los precios de los productos ya que trasladarían el precio al consumidor; también nos llevaría a ser más inteligentes, los agricultores que están en partes del mundo en donde el agua abunda más tendrían una ventaja competitiva, poco a poco leyes bien definidas en conjunto con la oferta y la demanda harían su trabajo.

Para la industria es otra historia, por lo general cuando una empresa invierte en una ciudad, las negociaciones incluyen el uso de los recursos naturales, en muchos casos sin costo. En el capítulo se menciona el ejemplo de esta empresa cervecera que se quiere poner en Mexicali que, junto con su vecina San Luis Río Colorado, son las ciudades más calientes de México con temperaturas que llegan a 52.5 °C.

Obviamente no es el lugar adecuado para hacerlo, aunque desde el punto de vista de los gobiernos y de la voz popular, el generar empleos es más importante… a lo mejor es verdad en cierta medida.

Volviendo al tema del consumo inteligente, sin ser un experto, solo un espectador preocupado, veo tres opciones:

  1. Desperdiciar menos agua. Con esquemas claros de subsidios / producción y aplicación de precios a todos los jugadores… ya hablamos de esto.
  2. Generar más agua:
    • Mejorando la forma en que recibimos el agua de las lluvias.
    • Fabricar, literalmente, agua; al parecer es posible aunque un poco caro, aunque el Capitán Centella siempre estuvo cuidando la fórmula H2O que en teoría servía para fabricar agua por alguna razón que va más allá de mi entendimiento.
    • Desalinizar el agua del mar, y tal vez encontrar algunos metales en el proceso, como bromo, estroncio o como extracción de sal de mesa.
  1. Buscar sustitutos, para aquellos casos en los que se pueda, por ejemplo limpieza. El jabón y otros agentes juegan el papel de separar la mugre, el agua es el encargado del transporte. Realmente podríamos encontrar algo que juegue el papel de transporte, obviamente que sea más barato que el agua.

Y bien, esto fue lo que me dejó.

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