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jueves, 19 de septiembre de 2019

#0043. Reflexiones sobre la maldición de lo divino en la película The Green Mile (1999)

¿Qué me deja?

Reflexiones sobre la maldición de lo divino en la película The Green Mile (1999)

Léeme en 4 minutos


Contexto
: The green mile es una película basada en un libro homónimo escrito por Stephen King, quien ya ha dado mucho material para hacer películas basadas en sus libros. En esta ocasión la historia se desarrolla en la época actual, mientras un señor, ya en una edad avanzada, platica la historia que vivió cuando era el encargado de un complejo dentro de una cárcel que alberga a las personas que están esperando se cumpla su sentencia: la pena de muerte en la silla eléctrica. Muchas cosas nos deja esta película, además del tema escabroso de la muerte suceden otros sucesos alrededor de la llegada de un nuevo preso y el efecto que produce en todos.

Aunque tengo cuidado, a veces no puedo evitar hablar de cosas muy particulares de la historia. Preferible no continuar si no se ha visto la película.

Esta es la primer cosa que me dejó.

1. La maldición de lo divino

La razón no te deja en paz mientras ves esta película, hay algo en los tiempos que no hace sentido. Al final de la película se explica y nos da alivio a todos, es una última sorpresa que trae la historia para cerrar con broche de oro. Tiene que ver con una leve inmortalidad adquirida por el protagonista la cual es recibida como algo negativo y no como uno de los tres deseos que cualquiera haría a la lámpara de Aladino, junto con invisibilidad a conciencia y dinero en abundancia.

Siempre he argumentado que tratamos a la inmortalidad con mucha severidad, al fin y al cabo nadie la ha experimentado, por lo que todo son conjeturas. Este concepto ha fascinado a la humanidad desde siempre, lo podemos encontrar de una u otra forma, como inmortalidad completa o como incremento en el tiempo de vida, en obras de cualquier época y cultura.

A continuación listo algunas obras literarias que profundizan sobre el impacto de la inmortalidad en la humanidad: La República de Platón, El inmortal de Borges, El nuevo testamento de varios autores, La serie de robots de Isaac Asimov, Drácula de Bram Stoker, las Crónicas vampíricas de Anne Rice y Aura de Carlos Fuentes. ¡Qué obras todas estas!, y es que la idea de ser inmortal es contra natura, es la antítesis del único concepto del que estamos completamente seguros que va a suceder: todos nos vamos a morir.

La mayoría de las religiones lo incluyen como parte de sus normas y principios, es la prueba de que algo o alguien es divino, es más que humano; las leyes que nos gobiernan y que nos hacen ser lo que somos no aplican para ellos. De igual forma algunas religiones incluyen el elemento del alma dentro de un cuerpo mortal y vulnerable, que es parte de dios y por lo tanto inmortal, que da esperanza y sirve como un lubricante para que las cosas sucedan y las injusticias se permitan: … pero, hay un dios. ¿No?.

El común denominador de estas obras es la tristeza y la falta del deseo de vivir que sufren las personas con esta condición. Uno como lector no deja de preguntarse por qué no aprovechan que tienen tiempo infinito para hacer lo que quieran, y al momento de decir esto, y de realmente sentirlo, la alegría, la esperanza y el alivio se transforman rápidamente en confusión, desánimo y, finalmente, indiferencia… ¿Qué sentido tiene todo?. Tal pareciera que todas las obras tienen razón.

De vuelta a nuestra película, la inmortalidad también es una maldición, un castigo divino, dice nuestro protagonista, por haber destruido algo bello, un milagro, una esperanza para la humanidad dentro de un envoltorio engañoso para la época (incluso para la actual) indefensa ante el racismo y el odio, como si fuera un juego de dios, una burla, el dar pan a quien no tiene dientes.

Personalmente le doy otra oportunidad a la inmortalidad, aun en contra de los grandes pensadores. Creo realmente que es una trampa de la mente, como cuando decimos que no necesitamos dinero para ser felices. Es la defensa de nuestro ser ante algo que nunca podremos experimentar, no nos queda de otra que decir que es algo malo y que nos traerá desdicha, en lugar de perdernos en la añoranza.

La motivación máxima de la humanidad desde que se inventó la escritura y por la tanto la historia, es tener un lugar en ella, en hacer algo tan grande que nuestras acciones estén al alcance de todos, que las obras hablen de nosotros, que seamos recordados, reconocidos, que seamos inmortales… no debe de ser algo tan malo.

Y bien, esto fue lo 1ero que me dejó...

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