Hermandad y Ayahuasca II: Reflexiones sobre el viaje interior y el aprendizaje compartido (2022)
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Un poco de contexto:
Por segunda ocasión hice la Ayahuasca, es un proceso tan esencial, tan sencillo y natural que no atender al llamado sería a su vez complejo y antinatural. Lo que me sucedió era imposible pronosticar: lo que te gustó de tu primera experiencia no se va a volver a repetir, eso ya lo superaste, no vienes a jugar, sino a aprender y a sanar.
Esta vez mi experiencia llenó en mí vacíos que no sabía que tenía, que al principio no reconocí como propios, un aprendizaje basado en todo, por ejemplo, en actividades, unas triviales, otras de alta importancia. Añadiendo también, los puntos de vista de mis compañeros, quienes resultan ser mis mejores maestros, e incluso sucesos del pasado, que al recordarlos toman un sentido diferente, pequeñas medicinas en potencia, conocimientos sin palabras, que esperan días, meses… vidas, tal vez, esperan, pacientemente, a que yo estuviera listo para aprender de ellos, yo, yo, una vez más, lo único que se mantiene inmutable, es que todo es para mí, increíble.
En esta ocasión me fue imposible no hablar sobre visiones, mensajes personales para poder explicar los aprendizajes. Lo seguiré manteniendo simple, en tres líneas por punto. Si quieres leer lo que me dejó mi primera experiencia, da clic aquí.
1. Las partículas de Dios
Logras colocarte un femtosegundo antes que las cosas sucedan, puedes ver ese baile de luz que acomoda los sucesos para la percepción humana, y entiendes por qué se postuló la teoría del éter como canal de propagación de la luz. Te dejas llevar, por un momento te sientes en un capítulo de dimensión desconocida, sonríes, esto apenas comienza.
2. La metamorfosis de Quetzalcoatl
A medida que vas creciendo, adaptándote a la vida, pierdes noción de quién eres y a dónde vas. Llega Quetzalcoatl a escena, pez, iguana, serpiente, lo descubres debido al entorno en el que estás, agua, pasto, tierra. Para seguir debes dejar de ver afuera y ver adentro, lo ves claro, un dragón, y ya volar es natural. Ahora tú generas tu entorno, tú decides quién eres.
3. Dar, somos los mismos
Compartir, aprender, enseñar, ayudar, es algo natural, tan natural que es lo primero que aprendemos a recibir al nacer. No obstante, todo eso tiene otras “ganancias”, todas positivas, además de sentirte completo, el bien se te regresa de mil formas. Ahora lo antinatural es ser egoísta, simplemente no conviene.
4. En búsqueda de aliados y enemigos
Al conocer a alguien invariablemente lo amas. Sucede lo mismo al conocerte. Invariablemente te enfrentas a tus otros yo. El ego sale a pelear, ¿cómo la última vez?: No, vente, vamos a hacer esto juntos. Llega la razón, segunda línea de defensa, y lo ves claro, son como niños con un objetivo que no comprenden. Los amas como a ti mismo, todo fluye.
5. El dilema entre describir y vivir
Te obligas a no narrar lo que te sucede, como aprendizaje de tu experiencia previa, creyendo que así vivirás todo más intensamente. La combinación de preparación y deseo es infalible, dejas de describir, pero también dejas de recordar. A este nivel de conciencia, describir es recordar. Aprendes: no obligues, deja que todo fluya tal como es.
6. Sobre la injusticia
La única injusticia válida, que es totalmente culpa de alguien más, es la auto-injusticia, y resulta que ese alguien más, es uno mismo. En este caso, la medicina te pide que no obligues las cosas, no traigas problemas, personas, sucesos que crees que son importantes, la medicina dice: no seas injusto contigo mismo, te amo, yo me encargo.
7. La fuente de la empatía
Amar a todos es natural, pedir perdón y perdonar es fácil, ver todo perfecto es necesario, te lo repites, todo es perfecto, todo es amor, todo es perdón, no puede ser de otra forma ¿Por qué?, porque nos conectamos, lo entendemos, todos somos parte de lo mismo. Siempre he pensado que la empatía es la fuente de todo, incluso del amor. La medicina lo hace posible.
8. Sócrates tomó medicina
No importa qué tanto creas saber que sabes algo, puedes aprender algo a un nivel más profundo. Y lo que sabías lo ves lejano, pequeño e incluso equivocado, gracias por enseñarme. Y entonces lo entiendes, lo que ahora sé, será así de lejano, pequeño y equivocado cuando aprenda algo más. No queda más que aceptar que no sabemos nada.
9. La permanencia de las cosas
Algo parecido lo viven los sentimientos. En este momento puedes sentir que la medicina ya no tiene efecto, hasta que mañana te das cuenta de lo iluminado que estabas hace un día, pero ahora sí, ahora sí que no lo tienes, y así sucesivamente. Debemos comprender que siempre tenemos algo de nuestra madre tierra, somos luz y damos luz, confía.
10. En la búsqueda de lo importante
Lo repites y lo repites: No importa, no importa, no importa… y, en un momento de lucidez: ¿Qué es lo que sí importa?, ¿Jugar, sonreir?, No importa, ¿Ser feliz? No importa. No lo sabes esta vez, la próxima vez puede que sí, mientras te quedas con algunas pistas: Escuchar, aprender, compartir, darte, aceptar… lo que es, es lo que debe ser.
11. La curación de hacer las cosas como deben ser
Te duele la espalda baja, nadas como un pez, es un movimiento extraño, hipnótico, lo sientes antinatural inicialmente, nunca lo habías hecho, no sabías que podías hacerlo. Comienza, vibra y termina con la música, te cura los dolores. Regresar a la naturaleza te enseña que tenemos todo para vivir, solo debes dejarte ir.
12. Y viene el miedo
Ante un momento tan perfecto, no puedes dejar de pensar que pudo haber sido mejor, aunque por definición no hace sentido, lo perfecto ya lo es. ¿Por qué no acepté esto?, ¿Por qué dije esto?, las preguntas siguen, pero lo importante es tener paciencia, considerar tus miedos, tu evolución. La compasión triunfa ante el miedo. Descansa, te lo mereces.
13. Let her cry
La primera parte de la canción dice: She sits alone by a lamp post, Tryin' to find the thought that's escaped her mind. Así la recuerdo, sentada, luchando con sus propios pensamientos y descubrimientos, hermosa como solo ella puede, sabia como sólo lo puede ser el producto de uno mismo. Es antinatural, pero en esencia: déjala ser, déjala sufrir, déjala llorar.
14. Los lugares sagrados hechos por el hombre
Después de la experiencia, continuas tu travesía buscando sabiduría antigua, un cierre digno a este viaje, en una ciudad ancestral, Teotihuacán, ahora abandonada y reconstruida a tal punto que no te conectas con nada, no hay nada vivo, ya no hay espíritus. ¿Será que las ciudades verdaderamente destruyen las costumbres, rompen con la naturaleza?
Y bien, esto fue lo que me dejó...
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