Los refranes que más me dejan I (2022)
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Los refranes son increíbles, son un meme perfecto, con palabras sencillas, la mayoría de las veces en forma de verso con rimas y ritmos, hacen que se queden grabados en nuestras mentes y que los tengamos a la mano para utilizarlos a diestra y siniestra, provocando una sonrisa, una carcajada e invariablemente, un momento de reflexión.
Los hay de todos tipos, unos muy muy locales, de un pueblo, utilizando slangs y palabras de lenguas nativas. Otros nacionales, famosos, que la gente lo utiliza en el día a día como un aliado del lenguaje.
Independientemente de dónde se originaron, o cómo sean, siempre tienen un elemento de simpleza, de minimalismo, de decir más con menos, de quedarse en la mente colectiva, de cambiar las vidas de la gente, de incrementar la moral, promover las buenas costumbres, mejorar las relaciones humanas. Creo que hay mucho que aprender de ellos.
Voy a desarrollar a continuación los que más me gustan, y lo que provocan en mí. Esta es la primera parte.
No hay mal que por bien no venga
Este refrán lo entendí mal por mucho tiempo, y era algo así: que las cosas malas nos llevan a las buenas, que aguantemos, que esperemos, que tengamos fé. En diferentes momentos de mi vida tuve una diferente reacción ante este significado, sí claro, el karma, todo se va a pagar, alguien se va a dar cuenta de mi sacrificio, dame más sacrificio, que al cabo vendrán muchos bienes, y a todos les tocará el turno de recibir el resultado de las sumas y restas.
Después de un tiempo de esperar y esperar, comprendí que este refrán estaba equivocado, no puede ser, ¿cierto? Pero ya estaba adelantado en mi caminar de recibir cosas negativas, que aún no comprendía el significado que le doy ahora.
Y es que es un punto de vista un tanto diferente, eventualmente y con el apoyo de un reajuste mental de creencias, lo comprendí, y es por esto que le tengo tanto cariño a este refrán, porque me recuerda la frontera entre dos ideologías, el estar parado en medio de esa muralla, viendo ambos lados, por un lado, con extrañeza, por el otro, con esperanza.
La realidad es que no hay mal, no suceden cosas malas, solo suceden cosas, y nosotros le damos la connotación de buenas y malas. En potencia, todas, todas, pueden ser experiencias buenas, si es que queremos catalogarlas, todas traen una enseñanza, todas nos dejan algo. Y mientras no comprendamos qué es eso que debemos comprender y aprender, nos seguirá afectando de la misma manera la próxima vez.
Haz el bien sin mirar a quién
Este es otro caso en el que su significado ha evolucionado con el tiempo, inicialmente lo ligaba a la frase religiosa de la mano derecha y de su incapacidad de ver lo que hacía la mano izquierda… que por cierto en su momento se me hizo una muy mala analogía, pero bueno.
Considero este refrán desde un punto de vista holístico, completo… tiene que ver con la reciprocidad inmediata y futura, y el conflicto en que entra el ego en todo esto. Y es que se entiende, hace todo el sentido, que en este mundo capitalista, esperemos algo de valor a cambio de nuestros actos, de hecho cualquier cosa diferente es injusta, un desperdicio, de tontos. De ahí que "mires" a quién, para que te acuerdes, para cobrarle, para que te pague.
Creo que la filosofía que engloba este dicho va más allá, no importa a quién le hagas el bien, por sí solo el beneficio lo tienes con el solo hecho de hacer el bien, si sale del corazón, si se hizo por amor.
Y si esto no te consuela, no te es suficiente, existe también otro beneficio, y es la certidumbre de que el reconocimiento, el beneficio, ese karma positivo por hacer el bien, ese pago por tus servicios, te va a llegar, sí, aunque no siempre de la misma persona, por eso no hay necesidad... de mirar a quien no te lo va a regresar.
Al mal tiempo buena cara
Este está buenísimo, buenísimo, si ya te están pasando cosas "malas", ¿Por qué encima de esto te auto-flagelas?, ¿Para qué provocas dolor a ti y a los que te rodean? Es contraproducente e, incluso, ilógico.
Y no estoy diciendo que disfrutes cuando las cosas no salen como quisieras o que aprendas a amar el dolor y la frustración, aunque si eso es lo tuyo, adelante…
Solo se trata de tener un poco de amor propio, de autocompasión. Todo tu cuerpo, tu mente y tu espíritu ya tienen los efectos de ese mal momento. Ahora es momento de contrarrestar todo esto, con una buena cara, con un cariño hacia ti mismo, con un buen juicio sobre ti y tu forma de actuar, con un pensamiento positivo sobre lo que realmente importa, y es que estamos aquí para aprender a ser felices a pesar del, y también debido al, mal tiempo.
Y bien, esto fue lo que me dejó…
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