¿Qué me deja?
El efecto Matrix y más: Lo que me deja leer Homo Deus III (2015)
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Muchas cosas me deja este libro, el autor logra relacionar sucesos que aparentemente no tienen nada que ver e identifica tendencias que sigue la humanidad, abstracciones, simplificaciones, haciendo ver que somos fácilmente predecibles en el qué y en el cuándo, más no en el cómo.
Como es costumbre, no voy a hacer un resumen del libro, sino a agrupar las ideas o cosas que me resultaron tan atractivas o disruptivas que se me quedan al terminar de leer.
A continuación, las terceras tres, para ver las primeras tres por favor entra aquí, y para ver las segundas tres entra aquí.
7. El efecto matrix
Hay tres citas en este libro que se mueven entre lo filosófico y lo tenebroso:
“We take this reality for granted, thinking it is natural, inevitable and immutable“
“We never react to events in the outside world, but only to sensations in our own bodies”
“Once you acknowledge the mere feasibility of this scenario, mathematics leads you to a very scary conclusion: since there is only one real world, whereas the number of potential virtual worlds is infinite, the probability that you happen to inhabit the sole real world is almost zero“
Y, como dice nuestro filósofo favorito, Polo Polo, hay traducción. Trato de no hacer una traducción literal sino de significado:
“Tomamos esta realidad como dada, pensando que es natural, inevitable e inmutable”
“Nunca reaccionamos ante eventos externos, sino a sensaciones dentro de nuestro propio cuerpo”
“Una vez que aceptamos la factibilidad de este escenario, las matemáticas nos guían a una conclusión muy aterradora: dado a que solo hay una sola realidad, mientras que el potencial de mundos virtuales es infinito, la probabilidad de que casualmente vivas en el único mundo real es casi cero”
Esta alta posibilidad de vivir en un mundo virtual lo experimentamos y comentamos todos al seguir las películas de Matrix, curioso que en su momento muy poca gente lo entendió, y ahora es algo de lo que todo el mundo opina. En otras películas lo abordan, por ejemplo Total Recall, de Arnold Head & Shoulders, que propone un mundo futuro en el que, en lugar de viajar, o tener experiencias reales, pagas por tener una experiencia virtual, que para el cerebro es exactamente lo mismo que la experiencia real.
Nuestro libro no ahonda mucho en definir si vivir en un mundo virtual es algo bueno o malo, personalmente creo que el autor evita esto ya que realmente no le importa. Utiliza el elemento del mundo virtual para provocar un estímulo en los lectores, pero tiene perfectamente claro que no tiene importancia; un mundo virtual que puede engañar a nuestros sentidos, se gana el derecho divino de existir.
Ahora, viendo hacia adelante, si podemos recrear las experiencias y sensaciones del mundo real, ¿Qué otras experiencias podemos tener?, podemos inventar lo que queramos, realmente no hay límites.
8. El avance en la época del caos
A Alan Turing se le atribuyen muchos adelantos científicos, por ejemplo, hay una película, El código enigma, que muestra de forma novelesca cómo inventó una computadora que pudo traducir el código que utilizaba Alemania para comunicar sus órdenes y estrategias durante la segunda guerra mundial. Hace tiempo tuve la oportunidad de estudiar a Turing, pero no por la máquina que traduce códigos, sino por algo mucho más sutil y a la vez duradero: El test de Turing.
Antes de ahondar en este test, quiero regresar de nuevo a nuestro libro, el cual menciona una cosa muy importante sobre Turing: que él pensaba seriamente que no importaba quién fueras, sino lo que pensara la gente de ti. Esta postura solo la puede tener alguien que no quiere que lo conozcan, que esconde algo; en el caso de Turing es que era gay en una época en que eran discriminados e incluso castigados severamente, lo que eventualmente le pasó a él.
Lo importante de este suceso, y volviendo al tema que quiero elaborar del caos, es que desde su perspectiva única de querer engañar a las personas de que era una persona “normal” fue que entendió lo que las máquinas enfrentarían en un futuro, ¿Cuándo una máquina es inteligente?, y esta posición, resultado de la época en la que vivía, fue la que provocó este elegante y útil test, que en pocas palabras dice así: Si tú no puedes diferenciar a una computadora de una persona, dado que una persona es inteligente, entonces la computadora es inteligente.
Si cambiamos computadora por “gay”, e inteligente por “normal”, entendemos cómo fue que se le ocurrió esto a Turing; era la realidad que estaba viviendo día a día como un homosexual, viviendo constantemente con el miedo de ser descubierto y castigado.
Si Turing no hubiera existido, podemos pensar que a alguien más se le hubiera ocurrido, eventualmente, personalmente no lo creo, hubiéramos inventado algo mucho más complicado relacionado con la capacidad de procesamiento y con un listado de tareas que el hombre hace y que la computadora debería de hacer, etc. El test de Turing continúa a la fecha con resultados muy interesantes.
Con todo esto me siento obligado a ponerme un poco fatalista, llegando a dos cuestiones:
1) ¿Qué otras muchas cosas estamos haciendo mal dado a que no hubo un Turing que se le ocurriera la correcta? como muestra, es increíble que USA use el sistema de medición de distancias que tiene actualmente, que no tiene ningún sentido y que incluso muchas personas del país concluyen que fue una muy mala decisión, pero regresar al sistema métrico, como la gran mayoría de los países, implica una gran inversión y sobre todo que el orgullo nacional se vería afectado, no me puedo imaginar el fútbol americano hablando de metros y no yardas, considero que primero cambian a todo el mundo que cambiar ellos.
2) Que debemos promover la diversidad de los tiempos y las personas, y tenemos que darles un micrófono para que lo expresen, el reto es mantener un balance de cosas buenas y malas, de personas idem. De esta forma tendremos ideas diferentes que surgen desde puntos de vista diferentes. Es bien sabido que todas las soluciones óptimas están rodeadas solo de soluciones infactibles, que no se pueden hacer o malas soluciones.
9. Ese momento en que entras “en línea”
Durante una de sus pláticas filosóficas, disfrazadas de chistes, el comediante Louis C. K. describe cuando él “entró en línea”, y lo describe como “ese momento en que tuve conciencia de mis alrededores y de que yo era una persona más”. Yo también recuerdo mi momento en que entré en línea, y curiosamente también lo que pensaba antes de estar en línea, y lo recuerdo porque yo ya estaba bastante grande, probablemente seis años.
En nuestro libro el autor habla constantemente sobre la conciencia, que precisamente es darse cuenta de uno mismo y de los demás, y en un momento dado deja por ahí un pensamiento bastante bueno que suena a auto-reflexión: ¿Qué pasaría si yo soy la única persona en todo el universo que siente algo, que todos los otros humanos y animales son solo robots o seres sin mente ni conciencia?.
Tomemos un momento para experimentar esto, un mundo en el que todos los demás dejamos de existir cuando uno no los está viendo, que aparecen de nuevo cuando nuestros sentidos los perciben. En dicho mundo no existe la compasión, la empatía. Si eres religioso, católico, por ejemplo, no hay necesidad de cumplir con los mandamientos, ¿Para qué honrar a tu padre y a tu madre, si no existen?
Cuando yo “entré en línea” me dí cuenta que hace un momento pensaba exactamente esto, todo me parecía cómico y sin sentido, para mi era mejor entrar en línea y pensar que todos existimos, era lo más natural para mis patrones de pensamiento, y seguramente sea lo que ha provocado que los humanos podamos colaborar, sobresalir y sobrevivir.
Esto último me lleva a pensar que nuestra conciencia fue una medida que tuvo que tomar el hombre (o la mujer, pues) para poder colaborar, para mantener la reproducción, para ser felices. ¿Es un gato feliz?, o mejor dicho: ¿Deja en algún momento de serlo?
Y bien, esto fue lo que me dejó...
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