¿Qué me deja?
Explorando los límites humanos: Lo que me deja el libro Homo Deus - A brief history of tomorrow IV (2015)
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Muchas cosas me deja este libro, el autor logra relacionar sucesos que aparentemente no tienen nada que ver e identifica tendencias que sigue la humanidad, abstracciones, simplificaciones, haciendo ver que somos fácilmente predecibles en el qué y en el cuándo, más no en el cómo.
Como es costumbre, no voy a hacer un resumen del libro, sino a agrupar las ideas o cosas que me resultaron tan atractivas o disruptivas que se me quedan al terminar de leer.
A continuación, las terceras tres, para ver las primeras tres por favor entra aquí, para ver las segundas tres entra aquí, y para las terceras tres entra aquí.
10. Promoviendo el conflicto
Es curioso que nunca entendí del todo por qué hay personas que les encanta el conflicto, cuando había necesidad de enfrentar a alguien lo hacían. Personalmente, al presenciar algún altercado, aunque no fuera yo el que lo hacía, me provocaba un sentimiento parecido a vergüenza, aunque no es lo mismo; escondía la mirada, no me gustaba ver a la persona a la que estaban enfrentando, se me hacía todo muy cómico y a la vez innecesario.
Ahora después de un tiempo, y que me he visto en la penosa necesidad de enfrentar a propios y extraños, he tenido que aguantarme todo eso y hacerlo, no queda de otra. El problema es que no siempre salgo bien librado, quiero terminar rápido con el asunto, en muchas ocasiones accediendo a cosas con tal de continuar mi camino, y al final me roba mucha paz y tranquilidad.
Con el tiempo he conocido personas que tienen mi misma condición, lo curioso es que nos parecemos un poco, tendemos a compensar nuestra falta de conflictividad con un aura de buena gente, tratando de que la “gente allá afuera” no nos enfrente, en muchas ocasiones funciona, aunque hay algunos conflictivos que se podría decir que nos huelen, saben que no nos gusta, se les ve en la mirada que lo saben.
En nuestro libro se habla sobre esto, se dice que los conflictos, lejos de ser algo que lamentar se deberían de aplaudir, que en la selección natural juegan un papel muy importante al eliminar a los débiles. No me considero débil, pero entiendo el punto, por lo que debe de haber otra salida para nosotros los pacíficos. Como siempre, las cosas más básicas no son siempre tan fáciles de concebir, todo, incluso el tener un conflicto con alguien más, tiene su metodología, su ciencia y sus reglas, que las podemos seguir aquellos que necesitamos una guía.
Habrá que hacernos expertos, pues. Tal vez termine gustándome.
11. Las tres verdades de la historia
A los que nos gusta la historia universal, nos llama mucho la atención varias cosas, algo así como unas reglas o verdades que se repiten en todas las civilizaciones, en todos los tiempos:
- Todo es un ciclo, realmente podemos predecir, a grandes rasgos, qué va a pasar con un imperio y su interacción con otras civilizaciones. El lema “hijo de rey, caballero, hijo de caballero, mendigo” lo resume a la perfección.
- La historia realmente la escriben los que ganan las guerras, y por lo general son pintados como “los buenos”, no tenemos forma de saber si en verdad eran malos. Seguramente nuestros estereotipos y modelos están influenciados por ellos, y no somos tan buenos como pensamos.
- Al terminar una invasión de un grupo por otro, por ejemplo los Romanos al invadir toda Italia al comienzo de su imperio, realmente no todos se hacen romanos, sino que son gobernados por romanos; los italianos siguieron existiendo, aguantaron 1,000 años y, cuando cayó el imperio romano, salieron de sus letargos y se adueñaron de Italia.
Este último punto es mencionado en nuestro libro, cuando el autor señala que un pequeño grupo de personas bien coordinadas son las que han llevado las riendas del progreso; otra pequeña mención que tiene mucho impacto: las masas nunca han elegido monarcas ni presidentes, no lo habían hecho antes, preguntarle a la clase trabajadora quién debe gobernar era impensable, esto ha cambiado en los últimos 200 años.
En nuestros tiempos los tres puntos que menciono arriba no se cumplen. No todo es un ciclo que podemos predecir, o al parecer eso nos parece (los que están dentro del tornado no saben que están en un tornado). La historia la escriben todos, si ahora hubiera una guerra los medios digitales se encargaría de que conociéramos los puntos de vista de todos los involucrados, no solo de los ganadores. Por último, las masas dominan y eligen a los monarcas, ahora sí, tenemos voz y voto, todo lo que queríamos, el problema es que no estamos votando bien, no somos lógicos, probablemente nuestros antepasados tenían razón: el promedio no siempre tiene la razón.
12. Ojos que no ven...
Todos hemos pasado por una etapa de creencia en lo sobrenatural, en la teorías de conspiración, ¿Pedro Infante está vivo?, ¿El chupacabras?, ¿Los extra-terrestre ya están aquí?, las constelaciones, los fantasmas, la astrología, el tarot, la manos, y un largo etc. Al continuar en esta etapa, los conceptos evolucionan; los anunnaki, las pirámides, las ocho familias que gobiernan al mundo, los siete nombres del diablo, los reptilianos, etc. pero siempre para cubrir la misma necesidad humana: la constante necesidad de asombro.
Con el tiempo se vuelve uno experto en estos temas, si la curiosidad es lo suficientemente grande, y después de varios descalabros comienzas a dejar de creer, al principio de forma selectiva y después, sin darte en cuenta, en todo lo demás… nuevos tiempos traen nuevas ideas, pero son descartadas inmediatamente.
De vuelta a Homo Deus, el autor toma el ejemplo de la visión tan limitada que tenemos como un ejemplo de lo poco que percibimos y conocemos. Toca el tema para soportar la idea de que podemos mejorarnos como raza humana si alteramos nuestros ojos para percibir estos espectros de luz, como en el caso de nuestro depredador favorito en la película del mismo nombre, que puede ver infrarojo y ultravioleta.
Una pequeña búsqueda en internet nos muestra el espectro electromagnético, en el que se muestra la luz que como humanos podemos ver, la cual representa un pequeño espacio en dicho espectro: es mucho más lo que no podemos ver. Si hacemos la misma búsqueda pero sobre los demás sentidos, encontramos el mismo patrón; al parecer podemos sentir muy poco. Sabiendo que la evolución es muy sabia, nos imaginamos que todo lo demás que no vemos, olemos, sentimos (de tocar), probamos, etc. no es necesario para la supervivencia de la especie, pero eso no significa que no haya “nada” ahí que sentir.
Así es como llegué a creer de nuevo en lo sobrenatural, pero no como un algo que despierta en mí miedo o morbo, sino emoción e ilusión, ya no tenemos que creer que “hay algo allá afuera”, bien podría estar alrededor de nosotros, solo que no lo sabemos.
Y bien, esto fue lo que me dejó... con esto termino Homo Deus.
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